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martes, 29 de julio de 2014

The Yardbirds "Ultimate!"





Nacieron para reinar. Por un buen tiempo fueron la punta de lanza de la Invasión Británica. Alcanzaron una altura tal que solo podían caer. ¿La mejor banda inglesa de todos los tiempos? Quizás. Conozcamos la corta pero intensa crónica de The Yardbirds.
Todo parte en 1963 cuando unos amigos de Surrey forman el grupo “Metropolis Blues Quartet”. Keith Relf en voz, Anthony Topham en guitarra, Chris Dreja en 2º guitarra, Paul Samwell.Smith en bajo y Jim Mc Carthy en batería comienzan su cuesta arriba, pero Topham decide continuar estudios. E instaura la tradición de nombrar a su sustituto. Y el puesto va a manos de un tal Eric Clapton.
Con Clapton liderando, la banda se convierte en un huracán de blues rock. Amenazan con arrasar las tierras de la Reina Madre, pero la curiosidad de sus miembros los lleva hacia rutas más comerciales. Clapton decide blusear con John Mayall. Y deja la sucesión en manos de Jeff Beck. Y la historia vuelve a cambiar…
Beck lleva a la banda a la sicodelia, a la mística oriental y al éxito total, un triunfo en las ventas y con críticas laudatorias suficientes como para empapelar el Palacio de Buckingham. Pero tampoco Beck durará más tiempo. El camino solista es más atractivo. Y llega la tercera sucesión: Jimmy Page, quien logra un puñado de singles excelentes pero que no alcanzan a revertir un final inminente y anunciado. En sus manos quedan las cuentas, las obligaciones y los instrumentos. Forma “The New Yardbirds” nombre que luego cambiará a Led Zeppelin. Una historia termina y otra leyenda comienza a nacer.
¿Porqué recomendar este “Ultimate!”, el disco recopilatorio de The Yardbirds? Porque en este sensacional disco doble se tiene acceso ilimitado a las tres épocas vividas por esta banda y a una verdadera cápsula del tiempo en un viaje de ida y vuelta a la moda y a la languidez intelectual de la Inglaterra de los 60. ¿Y las canciones?  Están todas: “A certain girl”, “Evil hearted you”, “Heart full of soul”, “For your love”, “Good morning, little schoolgirl”, “Shapes of things”, “Over, under, sideways, down”, “Happenings ten years time ago”, “Puzzles”, “Little games”, “Jeff´s boogie”, “Psycho Daisies”,  “The nazz are blue”, “Drinking Muddy Waters”, “Ha Ha, said the clown”…
Y como dijo Steven Tyler: “Lo suyo era algo asi como ¿Qué hacemos con este sonido? Yo sé lo buenos que eran los Yardbirds. El problema es que nadie más lo sabe”. Bueno, comencemos de una buena vez a resolver este asunto… “Birmirizing, yardbirizing, In fact…Most blues wailling ¡Yardbirds!”

Felt "Ignite the seven cannons"

10 discos y 10 singles en 10 años. Un verdadero plan maestro para cualquier músico de peso. Excepto para uno. Y a la vista de los hechos, solo hubo algo que le fue esquivo a Felt: el caprichoso éxito.
Porque Felt, liderado por Lawrence Hayward mereció más. Mucho más. La calidad de su música estaba muy por sobre el común de los mortales. Pero un listón tan alto trajo consigo grandes dosis de ego que nunca caen bien. Y entre idas y vueltas, aciertos más, aciertos menos, la más norteamericana de las bandas británicas dejó pasar su oportunidad para perderse en el tiempo… ¿O no tanto?
En 1985, Felt editó “Ignite the seven cannons”, producido por Robin Guthrie de Cocteau Twins. La amistad entre estas bandas era famosa, ya que Felt no era del público masivo hasta que Guthrie lo invitó como teloneros de sus recitales. Para tanto daría, que cuando Guthrie pidió producirle su 4° álbum, el irascible Lawrence accedió. Maurice Deebank, la otra parte pensante en Felt, no tanto.
Y es que este álbum no es el mejor de Felt: no tiene el ensueño de “The splendour of fear”, la grandeza de “Me and a monkey on the moon”, o la majestuosidad de “Forever breathes the lonely word”. A pesar de carecer de muchas de las cualidades que hacían enorme a Felt…Es así de bueno de todas maneras.
“My darkest light will shine” y “The day the rain come down” son piezas pop perfectas que subliman el concepto de art-band que empuñó Felt. Guitarras elegantes, que suben y se elevan a gusto del oyente, todo dentro de un ritmo preciso, perfecto. “Scarlet servants” escala un nivel más el calibre del disco y “Elegance of an only dream” rescata a Deebank en estado puro. ¿Falta algo? “Primitive painters”, la mejor canción compuesta jamás por Felt, una de las mejores de los 80 y que cuenta con la preciosa voz de Elizabeth Frasier en algunas tomas vocales.
Entonces, si eran tan buenos ¿Por qué Felt desapareció entre brumas? Los dardos siempre apuntaron al difícil carácter de Lawrence Hayward, a su desmedida afición por la limpieza (“Nunca he sudado. Ni una vez”), sus diatribas alimenticias (“Jamás he comido un vegetal en mi vida”) o su relación con la prensa (“He rehusado conocer los asuntos del mundo. No me interesan lo más mínimo”). Después de “Ignite…”, Deebank desertó y Lawrence se aliaría con Martin Duffy (Primal Scream) para seguir la vía inglesa a Television. ¿Fracasaron? Quizás no. Después de todo, varias bandas, entre ellas Belle and Sebastian, Pulp o los mismos Primal Scream le darían trascendencia (y algo de cursilería) al método Felt ¡y triunfaron! Así es la vida…

The Stone Roses "The Stone Roses"




Eran los fines de los 80 y corrían buenos vientos para los grupos de las Islas Británicas. El recambio estaba listo y si el pasado la gloria les había correspondido a bandas tan disímiles como Joy Division, New Order o The Smiths, el presente era para The Cure o Echo & The Bunnymen. Y el futuro comenzaba a fraguarse en la siempre fulgurante escena de Manchester, las noches de locura y alegría del Club “The Hacienda”, la cultura de las nuevas drogas y el ascenso de la música de baile.
The Stone Roses estaban, pues, en el lugar y el momento adecuados. Sacaron lo mejor de la herencia del pasado y, mezclándolo con su nueva y particular visión musical, supieron augurar la fiesta que se venía.
El tándem conformado por Ian Brown y John Squire, bien secundado por Gary Mounfield y Alan Wren, demostraron en la práctica todo lo poderosa que puede resultar unir la música de las pistas con unas buenas dosis de rock. Su 1º álbum, el homónimo “The Stone Roses”, desde la portada anunciaba lisergia y sicodelia llevada acorde los tiempos que corrían. Con Jackson Pollock y París 1968 como referencias directas, su disco debut estaba sencillamente repleto de himnos. Ian Brown, haciendo gala de esa arrogancia juvenil que le caracterizaba, cantaba con su elegante timbre de voz entre metálico y cálido; John Squire manejaba a su gusto las 6 cuerdas, mientras que los ritmos eran muy bien marcados por el bajo de Mani y las baquetas de Reni.
“I wanna be adored” era la pieza ideal para iniciar con candidez un disco innovador. “She bangs the drums”, “Elephant Stone”, “Made of Stone” o “Sugar spun sister” lo subían a notable, mientras que la pista  de baile quedaban cubiertas con “Shoot you down”, “I am the resurrection”, “This is the one” y por supuesto, “Fools Gold”, el himno por excelencia de fines de década.
Pero tanta fiesta te puede hacer mal. The Stone Roses cayó en la mala prensa, las rencillas internas, el exceso y el abuso de las drogas y finalmente en el caos absoluto. Producto de lo anterior, su 2º disco saldría recién en 1994 (mismo año en que hacía su debut Oasis) y a pesar de ser un álbum más que correcto, solo cosechó un single de éxito (“Ten Storey Love Song”). Sus fans no le perdonaron una segunda entrega menos brillante y les pasaron por el lado. La desbandada final no se hizo esperar y la fiesta sin fin de Madchester, para The Stone Roses, ya había concluido.

Nick Drake "Five leaves left"




El status de artista de culto de que goza el gran Nick Drake quizás sorprenda a muchos, pero principalmente sorprendería al mismísimo Drake, quien en vida sacó 3 álbumes, vendió casi nada, actuó menos y dejó tan solo una entrevista.
Y lo sorprendería mucho en realidad, porque Nick Drake lo pasó mal. Muy mal.  Porque durante su breve carrera, a Nick Drake no lo escuchó ni Dios. Y sería esa sensación de hastío y fracaso la que empujaría al artista a tomar la última decisión. Porque Nick Drake es el artista por excelencia de la soledad autoimpuesta. Pero él iba en serio. Lo suyo va directamente a paralizar al corazón, a desangrarlo. Hay muchos y grandes artistas que aspiraron a rozar sus límites, pero ninguno se acercó siquiera cerca a Nick Drake.
En esta época, Nick Drake estaba exultante. Joe Boyd lo había descubierto y sus canciones por fin saldrían al público. La escena era la ideal: el folk inglés reinaba, eran los buenos tiempos de Fairport Convention, de Pentagle o The Incredible String Band. Y de esos súper grupos llegaron Richard y Danny Thompson a darle a las canciones de Nick Drake el sonido y el acabado que se merecían.
“Five Leaves Left” es el disco más luminoso de Nick Drake, si es que un disco de Nick Drake se puede definir así. Los arreglos de “Fruit Tree” y “Cello Song” son demasiado bellos para ser compuestos por un ser torturado; “River Man” es la canción estrella del disco;  “The thoughts of Mary Jean” es un auténtico viaje a la campiña; “Day is done” es la melodía perfecta para un atardecer solitario y “Way to blue” anuncia lo que vendrá en el futuro musical de Nick Drake, en sus oleadas de cuerdas superpuestas… y en su extrema tristeza.
El hecho que resultó decisivo y que terminaría antes de empezar la carrera de Nick Drake fue su temor y  rechazo a dar conciertos. En una época dónde el artista debía dejar la piel en los escenarios como único medio de subsistencia y promoción, Drake, sencillamente, rehusó dar directos, por el miedo escénico y lo mal que lo pasaba. La durísima competencia (Leonard Cohen, Bob Dylan, Van Morrison, Cat Stevens, Tim Buckley, Paul Simon, etc.) haría el resto.
Nick Drake no se amilanó ante la falta de éxito de “Five Leaves Left”: simplemente, lo volvería a intentar con “Bryter Layter”, su disco de clara orientación jazzística. Luego, ya derrotado, grabaría su particular canto del cisne con “Pink Moon”. Nada demoraría en morir.

Love "Forever changes"




Love ya había editado un disco debut brillante (“Love”) y una segunda entrega genial (“Da Capo”) cuando el sello Elektra los mandó a estudio para su tercer LP, el célebre “Forever Changes”.
El gran problema era que Love iba cuesta abajo en la rodada y sin posibilidad de redención. Arthur Lee veía que su amigo Jimmy Hendrix, a quien le aconsejó el look, los ropajes y el sonido sicodélico, lograba el éxito; sus protegidos y recomendados The Doors eran las estrellas emergentes del sello Elektra: Jim Morrison llegó a decir que “si los Doors pudiéramos ser tan grandes como Love, mi felicidad sería completa”; La banda había peleado contra todo el mundo y finalmente, sin nadie contra quien bregar, se pelearon entre ellos mismos. El uso y abuso de drogas pesadas hicieron otro tanto. En otras palabras, el Verano del Amor no lo fue en absoluto para la banda californiana.
Lo que nadie podría adivinar es que, aún en el triste estado en que se encontraba la banda, ellos serían capaces de pasar por plancha un álbum candidato de fierro a mejor disco de la historia.
Bruce Botnick, el productor del álbum, lo vio con claridad. La disgregación física y mental de la banda era tan lamentable que no dudó en reclutar un par de músicos de sesión. La grabación duró cuatro meses…Y no sonaba a nada parecido… “Alone again or”, la casi famosa canción de Bryan McLean, era la pieza ideal para dar la entrada a “Forever Changes”; La escucha solo mejora con “A house is not a motel” o la bellísima “Andmoreagain”; “The Daily Planet” y “The Red Telephone” es pura sicodelia californiana; “Live and let live” sería la profecía ideal para Arthur Lee y su posterior temporada a la sombra, y “Maybe the people would be…” es la joya no tan oculta de un disco perfecto.
El disco fue criminalmente ignorado en USA, pero fue recibido con calidez por el público inglés. Pero Bryan McLean, el único que podía reflotar la grandeza de la banda, cabreado de su rol de segundón, ya miraba hacia el camino solista; Arthur Lee despachó a los demás miembros de la banda y reclutó músicos de sesión, en busca de la gloria perdida. Pero Love, sin McLean y sin el ímpetu de los primeros días,  ya había pasado a mejor vida.