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martes, 29 de julio de 2014

The Stone Roses "The Stone Roses"




Eran los fines de los 80 y corrían buenos vientos para los grupos de las Islas Británicas. El recambio estaba listo y si el pasado la gloria les había correspondido a bandas tan disímiles como Joy Division, New Order o The Smiths, el presente era para The Cure o Echo & The Bunnymen. Y el futuro comenzaba a fraguarse en la siempre fulgurante escena de Manchester, las noches de locura y alegría del Club “The Hacienda”, la cultura de las nuevas drogas y el ascenso de la música de baile.
The Stone Roses estaban, pues, en el lugar y el momento adecuados. Sacaron lo mejor de la herencia del pasado y, mezclándolo con su nueva y particular visión musical, supieron augurar la fiesta que se venía.
El tándem conformado por Ian Brown y John Squire, bien secundado por Gary Mounfield y Alan Wren, demostraron en la práctica todo lo poderosa que puede resultar unir la música de las pistas con unas buenas dosis de rock. Su 1º álbum, el homónimo “The Stone Roses”, desde la portada anunciaba lisergia y sicodelia llevada acorde los tiempos que corrían. Con Jackson Pollock y París 1968 como referencias directas, su disco debut estaba sencillamente repleto de himnos. Ian Brown, haciendo gala de esa arrogancia juvenil que le caracterizaba, cantaba con su elegante timbre de voz entre metálico y cálido; John Squire manejaba a su gusto las 6 cuerdas, mientras que los ritmos eran muy bien marcados por el bajo de Mani y las baquetas de Reni.
“I wanna be adored” era la pieza ideal para iniciar con candidez un disco innovador. “She bangs the drums”, “Elephant Stone”, “Made of Stone” o “Sugar spun sister” lo subían a notable, mientras que la pista  de baile quedaban cubiertas con “Shoot you down”, “I am the resurrection”, “This is the one” y por supuesto, “Fools Gold”, el himno por excelencia de fines de década.
Pero tanta fiesta te puede hacer mal. The Stone Roses cayó en la mala prensa, las rencillas internas, el exceso y el abuso de las drogas y finalmente en el caos absoluto. Producto de lo anterior, su 2º disco saldría recién en 1994 (mismo año en que hacía su debut Oasis) y a pesar de ser un álbum más que correcto, solo cosechó un single de éxito (“Ten Storey Love Song”). Sus fans no le perdonaron una segunda entrega menos brillante y les pasaron por el lado. La desbandada final no se hizo esperar y la fiesta sin fin de Madchester, para The Stone Roses, ya había concluido.