El
status de artista de culto de que goza el gran Nick Drake quizás sorprenda a
muchos, pero principalmente sorprendería al mismísimo Drake, quien en vida sacó
3 álbumes, vendió casi nada, actuó menos y dejó tan solo una entrevista.
Y
lo sorprendería mucho en realidad, porque Nick Drake lo pasó mal. Muy mal. Porque durante su breve carrera, a Nick Drake
no lo escuchó ni Dios. Y sería esa sensación de hastío y fracaso la que
empujaría al artista a tomar la última decisión. Porque Nick Drake es el
artista por excelencia de la soledad autoimpuesta. Pero él iba en serio. Lo
suyo va directamente a paralizar al corazón, a desangrarlo. Hay muchos y
grandes artistas que aspiraron a rozar sus límites, pero ninguno se acercó
siquiera cerca a Nick Drake.
En
esta época, Nick Drake estaba exultante. Joe Boyd lo había descubierto y sus
canciones por fin saldrían al público. La escena era la ideal: el folk inglés
reinaba, eran los buenos tiempos de Fairport Convention, de Pentagle o The Incredible
String Band. Y de esos súper grupos llegaron Richard y Danny Thompson a darle a
las canciones de Nick Drake el sonido y el acabado que se merecían.
“Five
Leaves Left” es el disco más luminoso de Nick Drake, si es que un disco de Nick
Drake se puede definir así. Los arreglos de “Fruit Tree” y “Cello Song” son
demasiado bellos para ser compuestos por un ser torturado; “River Man” es la
canción estrella del disco; “The
thoughts of Mary Jean” es un auténtico viaje a la campiña; “Day is done” es la
melodía perfecta para un atardecer solitario y “Way to blue” anuncia lo que
vendrá en el futuro musical de Nick Drake, en sus oleadas de cuerdas
superpuestas… y en su extrema tristeza.
El
hecho que resultó decisivo y que terminaría antes de empezar la carrera de Nick
Drake fue su temor y rechazo a dar
conciertos. En una época dónde el artista debía dejar la piel en los escenarios
como único medio de subsistencia y promoción, Drake, sencillamente, rehusó dar
directos, por el miedo escénico y lo mal que lo pasaba. La durísima competencia
(Leonard Cohen, Bob Dylan, Van Morrison, Cat Stevens, Tim Buckley, Paul Simon,
etc.) haría el resto.
Nick
Drake no se amilanó ante la falta de éxito de “Five Leaves Left”: simplemente,
lo volvería a intentar con “Bryter Layter”, su disco de clara orientación
jazzística. Luego, ya derrotado, grabaría su particular canto del cisne con
“Pink Moon”. Nada demoraría en morir.